lunes, 18 de febrero de 2013

Mecanoscrit del segon origen, de Manuel de Pedrolo

Mecanoscrit del segon origen (1974) es una de las novelas más emblemáticas de la literatura catalana de la segunda mitad del siglo XX y una de las fundamentales de la extensa bibliografía en lengua catalana (Joc brut, 1965; Mossegar-se la cua, 1968, etc.) del escritor nacido en un pequeño pueblo de la provincia de Lleida, Manuel de Pedrolo (1918-1990). El escritor sufrió los rigores de la censura franquista, quien no consintió su catalanismo, su lenguaje indecoroso y sus ataques a la religión y la moral sexual de la época.
La obra que reseño, que he leído en catalán, es una novela corta que podríamos clasificar de ciencia-ficción, englobaba en el género de la literatura postapocalíptica, que tan en boga está hoy en día. 
La narración está centrada en dos jóvenes, Alba (14 años) y Dídac (9 años), quienes parecen ser los únicos supervivientes del Planeta después de un ataque alienígena que acaba con la raza humana. Huyendo de Benaura, su pueblo, acabarán refugiándose en un bosque cercano, viviendo de los alimentos no perecederos que encuentran en el pueblo y adquiriendo conocimientos de medicina de los libros que recogen. En definitiva, aprendiendo a vivir y a madurar.
Cuando el período de la descomposición de cadáveres ha pasado, se trasladarán a las afueras de Barcelona y emprenderán la laboriosa tarea de almacenar cuantos libros encuentran en las bibliotecas de la ciudad, a fin de conservar la cultura para las futuras generaciones. 
A pesar de no estar completamente solos, sus esporádicos encuentros con algunos individuos les llevarán a ser muy cautelosos y expeditivos puesto que aprenderán que la supervivencia hace al hombre un ser despiadado. Y en esto veo paralelismos claros con La carretera de McCarthy, aunque el relato sea mucho más oscuro y desesperanzador en este último caso.
Para Alba y Dídac es la oportunidad de un nuevo comienzo, un segundo origen de la humanidad, que deberán repoblar teniendo muchos hijos, en una clara metáfora del mito de Adán y Eva, o si se quiere, de la historia de Noé y el diluvio universal, que también supuso un segundo comienzo para la humanidad según la Biblia. 
Pero Alba y Dídac son, a diferencia de Adán y Eva, conscientes de su felicidad en un planeta que ya no es un paraíso, pero que todavía conserva lugares bonitos que visitar y tesoros que conservar. Además, están desligados de cualquier moral sexual impuesta por las religiones y por tanto experimentarán el sexo no solo como un instrumento útil para la repoblación del planeta, objetivo que tienen muy presente, sino también como una forma libre y desinhibida de expresar su creciente amor, liberados de toda idea de "pecado original", y conscientes de que sin acto sexual no hay raza humana. ¿Por qué lo considera el cristianismo un pecado?...
Pero los planes no saldrán como ellos esperan... Un texto encontrado 7.138 años después del ataque alienígena aclarará a esta segunda humanidad cuál fue su propio origen.
Una novela absolutamente recomendable que lleva a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para aprender a vivir, y también para saber qué es lo importante en esta vida.

martes, 12 de febrero de 2013

Clarissa Oakes, polizón a bordo, de Patrick O'Brian

De todas las novelas de O'Brian dedicadas a los geniales Jack Aubrey, capitán de la fragata Surprise durante las guerras napoleónicas, y Stephen Maturin, espía y cirujano naval, ésta, la decimoquinta de la serie escrita en 1992, es hasta el momento, en mi opinión, la más extraña de todas. 
Y no lo digo por su final abrupto que siempre me deja un poco huérfano, ya me acostumbré hace tiempo a esos finales que no lo parecen. Tampoco se debe a que a lo largo de la novela no se produzca ninguna batalla naval digna de mención, y eso que estamos en el contexto de una guerra que enfrenta a la Armada real británica con la francesa. 
Por supuesto, no se trata del ritmo lento de la narración, a golpe de campanadas y rutina diaria en un barco de guerra, rutina que consume gran parte de la novela sin que te des cuenta, o consciente de ello. Es una novela de poca acción, solo un poco al final, y descrita con desgana podríamos decir, pero como siempre, O'Brian es capaz de hacer que eso no importe en absoluto, porque una vez que te subes en la Surprise de Aubrey y Maturin, vas de viaje a donde te lleven.
Y en esta ocasión, el viaje me lleva al Pacífico Sur, a las islas de la Polinesia, islas que encierran tantos animales y plantas que Maturin y su amigo el reverendo Martin, ávidos naturalistas, les gustaría ver y describir. Pero como diría Aubrey: "no hay un minuto que perder", y la misión de la Surprise es conseguir acabar con el conflicto que hay en una isla, de la cual tanto ingleses como franceses están interesados en atraer a su bando, fortaleciendo su presencia en el Pacífico. Vamos, una misión menor en un escenario menor de las guerras napoleónicas.
Pero el verdadero tema de la novela no es precisamente la misión, sino la sorprendente presencia de una mujer a bordo, Clarissa Oakes, escapada de un penal australiano, e introducida en el barco por un oficial, Oakes, con quien acabará contrayendo matrimonio a bordo. Y ahí viene la extrañeza de la novela, puesto que una mujer, inteligente y bella, va a poner patas arriba el sensible ecosistema de un barco de guerra. 
Y entonces surge la misoginia natural de los marinos. Por ejemplo, en las palabras del capitán Aubrey: "Todo el mundo sabe cuánto detesto que haya mujeres a bordo porque traen peor suerte que los gatos y los curas." Pero, más allá de la mala suerte, qué capitán querría tener una mujer bella en medio de doscientos marineros que llevan tiempo sin catar una prostituta de cualquier puerto que les pegue la sífilis o la gonorrea ("Esto será como Sodoma y Gomorra", vaticina Aubrey). Y sin embargo, la actitud de casta admiración de los marineros contrastará con las envidias y malas actitudes de los oficiales, que enturbiará el ambiente durante un tiempo. Pero para Maturin, la presencia accidental de Clarissa Oakes será vital para su labor como espía, ya que no olvidemos que continúa intentando averiguar la identidad de un alto cargo del Almirantazgo que pasa información a los franceses.
Por cierto, no se preocupen por la terminología náutica, llevo quince libros leídos y me cuesta mucho todavía saber en qué parte del barco suceden las cosas o qué velas se están colocando. Pienso como el doctor Maturin: "Contentémonos con la idea de que no todos nuestros compañeros de tripulación saben la diferencia entre el ablativo y el ablativo absoluto". Que la disfruten.

viernes, 1 de febrero de 2013

La delicadesa, de David Foenkinos


David Foenkinos (París, 1974) és autor de diverses novel·les com El potencial erótico de mi mujer, En caso de felicidad, Nos separations o Els records. Amb La delicadesa, va guanyar diversos guardons i va quedar-ne finalista dels més prestigiosos premis literaris francesos, a més de consagrar-se internacionalment. L’autor juntament amb el seu germà, Stéphane Foenkinos, van dur l’any 2011 aquesta història a la gran pantalla protagonitzada per Audrey Tautou.
La delicadesa és una història que s’ajusta al títol, però sense ser massa acaramel·lada. La novel·la ens presenta davant una situació idíl·lica, de felicitat total, trencada en el moment més inesperat. No obstant això i la tristesa que destil·la en alguns passatges –perquè inevitablement ens fa sentir empatia per Nathalie-, és un relat optimista que ens diu que la vida pot canviar en el moment més inesperat i de la forma més sorprenent.
Nathalie coneix de manera fortuïta a François i comencen una vida en comú. Tots dos són molt feliços amb una vida acomodada a París, on ell es dedica al món de les finances i ella s’incorpora, un cop acabada la seua formació, a una empresa sueca on iniciarà una carrera d’èxit. El seu cap, Charles Delamain, no sols l’admira (i està enamorat d’ella) sinó que la valora, com també ho fan la resta dels companys. La parella no te fills encara, però els voldria en un futur. Tan afortunada és Nathalie que te por que tot allò que viu siga un somni i que el dia més insospitat canvie. Com així ocorre. Un dia François sortirà a córrer i ja no tornarà. En un instant tot haurà acabat. És així com sovint succeeixen les coses. D’aquesta manera Foenkinos ens diu que la vida ens sotmet a situacions inesperades i ens obliga a començar de nou. Això és el que haurà de fer Nathalie, començar de zero.
El dolor, la pèrdua, ha d’assimilar-la ella i el procés dura molt de temps. Quan Nathalie s’incorpora de nou al treball, tot i la insistència de Charles, el seu cap, no succeirà res amb ell, però sí es fixarà en Markus, un jove suec que treballa sota les seues ordres i que la farà reviure sensacions oblidades. Markus és un home tímid, amb dificultats per a enfrontar-se a determinades situacions, entre les quals es troben les dones. Les diferències entre Nathalie i Markus són evidents, tanmateix són aquestes les que els uneixen, les que els connecten.
La novel·la està esquitxada de referències literàries, musicals, pictòriques, cinematogràfiques i culinàries: J. Cortázar, Cioran, Molière, A. Strindberg, L. Visconti, W. Allen, C. Lelouch, J. Lennon, A. Souchon, K. Malevich, etc. que fan més pròxima la narració al lector.
La delicadesa, és una història senzilla que parla de les relacions humanes, dels sentiments, de la pèrdua dels éssers estimats, dels canvis insospitats i de com recomençar. La delicadesa tracta de les alteracions de la vida, del redescobriment d’aquesta i de les sorpreses que pot oferir-nos.